La
sombra que acompaña a quien es o fue Secretario Particular es el reflejo de su
figura cuando ésta se proyecta.
Hay
quién se ve bien; hay quién mejora la misma y hay otros que se marca su
verdadera personalidad.
Así
como la mayoría de los secretarios particulares sus personales características
hablan por ellos y qué son el arquetipo de un verdadero Secretario Particular
puesto. Por su confianza y seguridad; correcto y discreto; ético y casuístico;
fehaciente y fidedigno; integró y honrado; juicioso y lógico; leal y sincero;
modelo y ejemplo de su formación y educación; y probo e intachable.
Y
así como Trotski que afirmó: “que el gran paso de la clastenidad al poder es demasiado
brusco, te marca, dijo” y es en ese sentido que hay quien se marca a sí mismo.
Ejemplos
hay muchos, pero pocos comparados con la gran mayoría egregia:
-
Hay quiénes son
y fueron volutivos: cambian con frecuencia de actitud o manera de pensar.
-
Quienes gustan
de fama y popularidad.
-
Los que se apoya
en los demás para hacer sus cosas.
-
Los coléricos,
que proceden en forma agresiva y avasallarlo todo.
-
Los llenos de
suficiencia, con un equivocado concepto de sí mismo.
-
Quienes se
adaptan: hacen lo que se les dice, nunca se aplican con rigidez y hacen lo que
se espera de ellos.
-
Los que llegan
no por la aptitud del cargo, sin más mérito que el azar, del favoritismo, y por
pertenecer al “clan”.
-
Los que ejercen
su “autoridad” presionando a sus subalternos.
-
Los que se “cubren”,
son endebles les falta compromiso.
-
Los cínicos,
desleales, mentirosos, fraudulentos, que siempre están pidiendo favores para
mantenerse.
Chimalpopoca definió: “que tan fácil
así es precipitarse de la cumbre de la felicidad humana, al abismo de la
miseria”.
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