Para la
actividad y movimiento y para el conjunto de ocupaciones de una oficina, un
Secretario (a) Particular requiere:
Fortaleza, tener un
cuerpo sano y fuerte. La actividad de su función requiere ir de un lado a otro,
recibir gentes, conversar con unos y con otros, leer cartas, contestarlas,
hablar en público, pensar en los negocios del titular y tener una naturaleza
firme, segura, para no dejarse aplanar en momentos críticos de amargura.
Ser mañanero, acostarse
temprano.
Comer poco y frutal. Digerir
bien la comida y a su tiempo, comer despacio sin prisa.
Hacer ejercicio con
regularidad. Tomando sus descansos necesarios.
Andar, saludar,
levantarse, sentarse con seguridad y aplomo.
Vestir adecuadamente, con
elegancia pero con sencillez. Preferir los colores grises, azules, negros. Tener
un sello especial. No poner en su persona más que lo necesario.
Calzar bien, cómodo,
elegante.
Cuidar la limpieza de la
camisa, nítida, inmaculada, de buen gusto.
No darse a entender, ni por el aire de su
persona, ni por su gesto, ni por su actitud, ni por sus maneras, sino por sus
resultados.
No desperdiciarse, siempre
mostrando con una cortesía afable.
Estimarse, ser cortés,
leal, buen amigo.
No huraño y soberbio.
Ser discreto, cauto,
reservado de las cosas que se entera.
No descubrir el
pensamiento; gana más fama quien calla, quien no dice sino lo preciso.
Estar informado de todo lo que acontezca a su
alrededor, así como del exterior en su entorno.
Esforzarse con sencillez,
con cortesía, con afabilidad, en hacer desaparecer todo reparo.
No dar respuesta agria a
quien no lo merece: corregir a tiempo con afabilidad y cortesía el desvío.
No actuar con falsos razonamientos.
No actuar nunca con ira,
desprecio, pueden llevar a extremos que no estén e acuerdo con la ecuanimidad.
Se debe tomar con
sosiego las cosas, comer, vestir, ir de una parte a otra despacio, lo que se
hace precipitadamente mal y a disgusto, no produce.
Conservarse bien con el
fiel de la balanza.
Nunca perder el sentido
del equilibrio; ser entero o condescendiente, según los casos.
Medir el valor de las
censuras y de las alabanzas y darles el valor del que tienen.
Identificar y conocer
las naturalezas de quien y quienes se rodea;
ayuda en la toma de decisiones y de ascensos.
No se haga de rogar en
las cortesías, si hay elogios, acepte sin protestas.
Ser docto con los
entendidos, gris con los opacos y pedestres.
Ser ecuánime y de buen
carácter.
Ser fuerte y hábil; león
y zorro.
Ser sencillo y natural. La
vanidad es el exceso por más, la modestia es el exceso por menos.
Saber escuchar con
discreción.
Conservar una faz
serena, que oculte los desfallecimientos. Las decepciones, las amarguras. Ante el
público ser siempre un semblante sereno.
No dar toda la
información, reservarse algo es tener poder para después.
Conocer perfectamente
las fuerzas y los alcances personales.
Nunca confiarse en la
memoria.
Sea breve y concreto en
las exposiciones y acuerdos.
No precipitarse, ni
mostrar impaciencia.
No dudar de sí, muchos
ojos están sobre su persona.
EXELENTE DECALOGO Y ESPERO CUMPLIR CON EL DECALOGO SI ME DAN LA OPORTUNIDAD.
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