La reforma borbónica como la primera reforma
administrativa en la Nueva España y creada por el rey Carlos III de España, le
dio a la administración pública colonial, la centralización de atribuciones,
facultades y recursos a las instituciones y a las estructuras organizativas y
con el personal adecuado para hacerlas más funcionales. Y es a partir de esa
reforma que surgen las figuras del virreinato, la capitanía general, la
gubernatura, el corregidor y la alcaldía mayor. Es a partir de 1730 que los
virreyes en la Nueva España promovieran de asistirse de personal de su absoluta
confianza, para apoyar sus trabajos.
El primer Secretario que la corona española decidió
nombrar en la Nueva España, fue en la
persona de Don Francisco Fernández de Molinillo en 1742. A partir de 1756
mediante real cédula la corona española decidió implementar la Secretaría
permanente del virreinato y con ello revolucionar la eficiencia administrativa. Así esta figura del Secretario queda como
antecedente de lo que hoy es el Secretario Particular, que además de brindar
apoyo, asesoraba y en determinadas ocasiones representaba.
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