En
el año de 2003, el Lic. José Elías Romero Apis, escribió tres artículos
referentes al tema de los Secretarios Particulares, tal vez como un homenaje a
quién fungió como su secretario, el profesor Abel López Olivares. Y en los que
reseña algunas afortunadas experiencias y anécdotas de quiénes fueron
Secretarios Particulares de presidentes de la república mexicana, así como de
algunos funcionarios públicos y de políticos.
En
1968 el Lic. Gregorio Ortega, lo hace en una serie de artículos, en los que
resaltaba que los Secretarios Particulares deben tener siete atributos: la
discreción, la disposición absoluta, la lealtad, la fe en el destino del jefe,
el conocimiento profundo del jefe, la convicción análoga del jefe-subalterno y
el gusto de su función.
Hoy
en día como ayer se ha preguntado, ¿Qué es un Secretario Particular?, misma que
nos lleva a describir algunas características que destacan a esta noble figura
de la vida pública y privada de nuestro país y que me corresponde darlas a
conocer.
¿Qué
es un Secretario Particular?
Es
un personaje de la vida pública y privada con grandes responsabilidades que lo
llevan a atender a hombre y mujeres ilustres de la historia. Es un servidor
público y privado que como el origen de su cargo es la persona a quién se
comunica algo que no debe trascender a otras. Es el encargado de recibir la
correspondencia, extender las actas, dar fe de los acuerdos y custodiar los
documentos de una oficina. Es el que redacta la correspondencia de la persona a
quién sirve para tal fin. Es el que atiende los asuntos de carácter
administrativo y de gestión. Es el que proporciona al titular de la dependencia
o unidad, apoyo y asistencia en materia de audiencias y peticiones. Es el que
lleva la agenda oficial del jefe. Es el que asesora y conduce la logística de
un evento u organización de un acto. Es el que con discreción maneja los
asuntos que le son encomendados. Es el que actúa con una disposición absoluta. Es
el que con lealtad maneja los encargos que su responsabilidad le atañe. Es el
que con la fe que lo conduce le sirva al jefe al éxito y a su encumbramiento. Es
el que con conocimiento y preparación coadyuva en el orden de quién lo guía. Es
una persona atípica que lleva acabo hechos singulares, trascendentes, capaz de
romper la norma, sobresalir del anonimato, interrumpir la inercia de la
continuidad y abrir la espita del cambio. Es un ser lúcido y metódico, tanto en
el desarrollo de su profesión, como en su vida. Es un trabajador incansable de
pasiones y efusiones. Es culto, ambicioso e inteligente en sus actividades políticas
y privadas. Es el que destaca por su gran entusiasmo por el gusto de su
función. Es un hombre discreto, actúa con habilidad y con inteligencia. Es un
convencido de lo que hace. Es pragmático y con una visión de futuro. Es eficaz
y tesonero ejecutor de los planes del jefe. Es alguien que se maneja con originalidad
y con sentido del humor. Obra con prudencia, calcula la confianza de quien
atiende y no se abandona nunca a confiar secretos que su posición le guarda. Es
observador en los juicios y en las virtudes de cada cual, de la que obtiene
mejores referencias. Es el mensajero real para desembarazarse de una audiencia comprometida.
Se cuida de las circunstancias y atesora la relación de poderosos y hace lo
posible por mantenerla. Permanece respetuoso con quienes prefieren ser
escuchados a escuchar. Es de un talento especial para entender las más
profundas motivaciones de la conducta humana. Es tenaz y ágil, lo que le gana
simpatías. Actúa con un estilo claro, lógico, riguroso y objetivo. Es disciplinado,
con una resistencia interior extraordinaria que sabe ocultar la vida privada y
el sentimiento personal. Es el que somete sus trabajos a revisiones sin fin
hasta que se sienta plenamente satisfecho. Es hábil y perseverante. Es el que
logra soportar las deficiencias y defectos del jefe, para convertirlas en
atenciones, sin dilaciones y organizarlas de tal forma que las omisiones
parezcan propias, entre muchas otras.
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