Los
modos, las conductas, los talentos, los temperamentos y las particularidades
que identifican a los secretarios particulares son diversas. En ellos podemos
encontrar una gran diversidad de diferencias, pero nos encontramos con algunas
de ellas:
·
Audacia en las
relaciones públicas.
·
Capataces en la transmisión
de las órdenes jerárquicas.
·
Evitan contar con
zalameros, con socarrones y con charlatanes a su alrededor.
·
Gozan de
verdaderas fuentes de información, gracias a su estratégica posición.
·
Tienden de forma
natural a servir a las órdenes de un jefe prestigioso.
·
Obran y se
comportan de acuerdo a su naturaleza y oficio.
·
Calculan en su
interés, son egoístas.
·
Exigen especial
empleo de su inteligencia.
·
Gustan de fama y
popularidad.
·
Dominan y proceden
de forma evidente y agresiva para avasallarlo todo.
·
Actitud y aptitud
negativa para las grandes posibilidades de triunfo en su función.
·
Individualistas,
ambiciosos, llenos de suficiencia, con un equivocado concepto de sí mismos.
·
Adaptabilidad para
hacer solamente lo que se les dice, nunca discuten las instrucciones, se
aplican con rigidez y hacen lo que se espera de ellos.
·
Fuerte sentimiento
de gran valer, se convencen de sus méritos, se inflan de orgullo y tratan con indiferencia
o desdén a quienes les rodean,
Es pues de importancia que no todos los trabajos
pueden ser ejecutados por todos los hombres. GOETHE, ha dicho que no todos los
caminos son para todos los caminantes. Hay trabajos de naturaleza variable que
requieren para su ejecución flexibilidad mental, técnica o manual y, para ello
que los SECRETARIOS PARTICULARES (no todos) son ejecutivos y saben transmitir
adecuadamente y aplicar lo que saben, conocen y aprenden en su profesión.
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