Hacia el año 3200 a de C. nació una burocracia de funcionarios que mantenía al faraón al tanto de todo lo que se hacía en su nombre “LOS ESCRIBAS” los que se ocupan de órdenes, redactaban informes, registraban la obra realizada y llevaban la meta de los impuestos percibidos.
Confucio. En su código formal de conducta establece los principios éticos que todo secretario o persona que se preste de serlo debe tener: cortesía, respeto, obediencia y lealtad.
Suárez Fernández, L. en su libro los fundamentos de la monarquía. Señala que: “Se tiene a veces la impresión de que los Secretarios, que despachan directamente con los reyes, eran más poderosos que los propios nobles, que acudían a ellos en demanda de colaboración y ayuda cuando deseaban obtener alguna resolución a su favor.
En las cortes, los Secretarios eran los encargados de la expedición y resguardo de los documentos regios. Eran los más próximos al secreto del monarca. Trabajaban el nivel estrictamente burocrático. Y para alcanzar paulatinamente un carácter político-administrativo, los Secretarios reales, se colocaban frente a verdaderos equipos de gobierno que asumían competencias cancillerescas, administrativas, diplomáticas, incluyendo las culturales.
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